Instalaciones Deportivas de Figueroa, siete de la tarde del
sábado, gradas repletas de gente.
Así se describe el escenario y lo que viene, la crónica de la
disputa más sucia de la Liga Preferente. El desenlace se lo pueden
imaginar: empate en resultado, final desigual.
Un estadio convertido en centro de una lucha encarnizada como
en los juegos públicos de la Antigua Roma, espectadores sedientos de sangre,
jugadores disfrazados de gladiadores y un emperador nada justiciero.
Los goles llegaron pronto. En el minuto 21, el combate ya
estaba listo para sentencia. A partir de ahí, despliegue de armamento por parte
de unos y de equipo de protección para otros. Y es que oyendo los gritos del
público congregado a este espectáculo no es de extrañar que los luchadores
sacaran espada, lanza y revólver no porque no estaba permitido, que de muy
buena ayuda les hubiese servido a los visitantes para pedir clemencia tras las
voces de: “Meterles”, “que salten como las habas” o “más arriba que es donde
duele”.
Sin embargo, el César no quería perdonar. La tarde estaba
escrita para acabar en el espolario y así fue. Expulsión del guerrero más
potente durante toda la contienda y un sinfín de decisiones arbitrarias. Porque
de justos es decir que los locales tiraron a puerta solamente para marcar su
tanto y que, en la segunda parte, Villafranca tuvo el partido ganado con un
tanto legal anulado, tres ocasiones claras, una arrolladora posesión de balón y
un estilo de juego envidiable.
Como dice un dicho popular: “Por la boca muere el pez”. Y así
morimos nosotros hoy: 7 tarjetas amarillas y una roja contra 4 amarillas de los
contrarios. Premio a la mala fe y al juego sucio, escarmiento para los que
intentan jugar al fútbol.
Y eso es lo que más necesitan aquellos que usan argumentos racistas para desacreditar. Ahora me gustaría comprender a mí qué tiene que ver Córdoba, Torreón o Marrakech para saber tocar, correr o dirigir. ¿O es que tu pasaporte te da más o menos autoridad para liderar?
Y sí, con papeles o sin ellos, con golpes o sin ellos y con tarjetas o sin ellas, todos nos vamos con un punto para casa. Un empate en el resultado pero con un final desigual porque nosotros no somos gladiadores sino lanistas, los de la experiencia y el corazón. Los que no se rendirán tras esta batalla porque no importa de qué modo comienza el juego sino quién y cómo lo termina.
Ficha técnica
Parque Figueroa C.D.
Jugadores: Ángel Cano, Antonio J.
González, Sergio Romero, Luis Rodríguez, Jesús Torres (Bayon, 57´), Joaquín
Velasco (Rafael Gómez, 61´), Jose Manuel Gómez (Sergio Rodríguez, 67´), Alberto
A. Mboma-Pehn, Rafael Calvo, Juan L. Nadales, Stiven Buyape.
Entrenador: Rafael Delgado Aroca
Delegado: Rafael Delgado Martínez
Villafranca C.F.
Jugadores: Manu; Pedro Jesús Valverde;
Luis Conde; Juanje; Alfonso; Mario (Fran Castro, 77´); Pedrito (Seba, 56´);
Rojas (José Sánchez, 70´); Mesa; Celso; Medina (Raúl, 51´).
Entrenador: Guillermo Sánchez Galán
Segundo Entrenador: Guillermo F. Sánchez
Arriaga
Delegado: Agustín Canales
Árbitro: Alfonso Muñoz González. Amonestó a los
blanquiazules a Luis Conde, Mario, Rojas, Mesa, Celso, Raúl y al entrenador
Guillermo Sánchez, así como a los locales Alberto A. Mboma-Pehn, Juan L.
Nadales y Stiven. Expulsó a Mesa.
Goles: 1-0 A. Mboma-Pehn (4´); 1-1 PP (21)
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 2ª jornada del Grupo I de la categoría Preferente Juvenil disputado en las Instalaciones Deportivas de Figueroa en Córdoba.
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